Cuando hablamos de estética dental solemos pensar en blanqueamiento o en la correcta posición de los dientes. Pero existe un problema mayor, ya no sólo estético si no también de salud: retracción de encías o encías retraídas.
¿Qué son las encías retraídas?
Son la aparición de los antiestéticos triángulos negros en nuestra encía debida a la retracción gingibal de la encía. Esta retracción es debida a la desaparición del hueso que rodea los dientes. Estos triángulos aparecen más frecuentemente en fumadores. Esto puede derivar en enfermedades como gengivitis, periodontítis e incluso la pérdida total de los dientes.
Como hemos dicho anteriormente, el consumo de tabaco de manera continuada va a favorecer su aparación, pero hay personas no fumadoras que también padecen esta enfermedad. Los factores causantes pueden ser los siguientes:
1. Técnica de cepillado.
Al cepillar de manera incorrecta los dientes, de forma agresiva, apretando demasiado el cepillo.
2.Traumatismo por oclusión (o mordida).
Personas que al dormir, rechinan o aprietan los dientes con demasiada fuerza. En este caso es el desgaste de los dientes la que favorece la recesión.
3. Malposición dental.
Dientes que no están en su posición natural, desplazados hacia delante, fuera de arco de la mandíbula.
¿Cómo solucionar el problema?
Para parar a tiempo tanto la gengivitis como la periodontitis, lo primero que debemos hacer es acudir a nuestro dentista y hacernos una serie de limpiezas que nos ayudaran a mantener a raya la placa bacteriana. Así minimizaremos la retracción de las encías.
Se recomienda un cepillado suave no en horizontal, más bien haciendo formas circulares y sin apretar. Utilizaremos cepillos con cerdas suaves, ya sean manuales o eléctricos.
No fumar. Cuantos menos agentes nocivos atacando nuestras encías, más rápido se detendrá la retracción.
Lo que debemos tener en cuenta es que con estos remedios podemos detener el desplazamiento de la encía, pero no hay remedios caseros para que la encía vuelva a su lugar natural. El método más común para reponer la encía en su sitio es una reposición quirurgica o un ingerto de tejido paladar.
Una vez hecho este tratamiento debemos evitar a toda costa los malos hábitos que pueden acelerar de nuevo la aparición del problema, y hacer un seguimiento regular con nuestro dentista.